Tuesday, May 10, 2005

DE QUE TRATA

Un espacio, sólo un espacio necesitaba para estrellar mis emociones internas y evitar que me sigan mortificando, y evitar que me torturen, encontrar lo que llamo un desahogo.

UN GRAN DOLOR

Tengo un gran dolor interno, una tristeza que cargo la que se han convertido en rencor, y que externamente no puedo llamarla trauma porque me amenazan con golpes e insultos, pero en el fondo se que es eso, lo que me ha quedado de los remotos momentos de mi infancia.
Tengo recuerdos de grandes golpes y maltratos injustificados, de un padre arbitrario, orgulloso y prepotente.
Tengo recuerdos de golpes que no tienen perdón bajo ninguna ley, ni de la justificación de la reprimenda, y que ahora cuando soy consiente de mis procesos internos me doy cuenta que han hecho eco en mi memoria.
Soy tres meses mayor que un primo, y tuve la desgracia de aprender a caminar después que él, fui de esos niños que lloraba bastante y que me demoré en mis primeros pasos, esto no está en mi memoria, pero si en mis penas, un día hablando con mi abuela me enteré que mi papá al ver que mi primo ya caminaba y yo no, montó en cólera y se dirigió hacia mi que me encontraba en el suelo, me imagino que gateando, y por no saber dar un paso me levantó a patadas, sólo tenía 1 año de edad, y si no fuera por mis tías quien sabe como me hubiera dejado ese señor a mi.
Mis tías eran las que me defendían, ellas se ganaban los golpes de palos de escobas que iban dirigidos a mi cuerpo, esa era la forma en que mi papá descargaba su rabia… no se en que pensaba.

LA PLATA NO LO ES TODO

Una vez intenté hacer el reclamo de esos recuerdos de niño que me hacen llorar, del recuerdo de los maltratos, no sólo físicos sino verbales, y fue pero para mi, no bastó con que ya me doliera profundamente, sino que me hicieron sentir más mal de lo que ya estaba. Mi Papá no acepta errores y dijo que me iba a traumatizar de verdad dándome golpes para que hablara con argumentos, que era un mal agradecido que siempre se ha encargado de esforzarse por que mis hermanos y yo vivamos bien, y gritó y gritó y siguió gritando, lanzando afirmaciones en contra mía, mientras yo me encerraba en mi pequeño espacio privado a seguir llorando, tengo 24 años y todavía me toca aguantar este tipo de tratos, por no tener posibilidades de alejarme, creo que soy más inteligente como para tomar determinaciones apresuradas.
En fin, para él no hay motivos para que yo esté traumado y él ha sido el mejor papá del mundo…. Es verdad no me ha faltado nada, he estudiado, no he pasado hambre y aparentemente soy una persona de bien. Pero eso no quita que siga siendo un ser humano que sufra ante los maltratos, y que estos hayan marcado mi alma y que hoy en día sean motivos de mis sufrimientos internos, de mis inseguridades, miedos, complejos, y de muchas cosas que soy, y que a medida que vaya alimentando este blog irán conociendo.
La plata no lo es todo cuando hay un alma destrozada.

OTRO DE MIS RECUERDOS

Recuerdo una vez que quería ir a jugar con mis amigos de la cuadra, salí corriendo a verme con ellos y mi papá se enojó por eso y me llamó, yo me devolví regañado y el me tomo por la parte de atrás de mi cabeza y me lanzó al suelo, mi cara dio directamente contra el pavimento, y yo me volví a levantar con la boca sangrando por el golpe, y mi papá me volvió a empujar más fuerte, y cada intento en ponerme en pie era otra posibilidad de estrellarme contra el suelo, y así me volví una nada mi rostro, sangraba por los labios, la nariz y por las raspaduras, hoy en día tengo la cara llena de cicatrices.