Hablando de polvos y cosas sin planear, en este post quiero hablar de la mejor mamada que me han pegado en la vida, la que nunca se me olvida.
Estábamos en el apartamento los dos solos, desde hacia rato quería un poco de placer pero era una de esas noches en que no estaba dispuesto a asumir riesgos y no sabía si mi acompañante de turno tenía la disponibilidad…. Nos acercamos un poco debido a que la conversación se puso más intima, cerveza iba cerveza venía, y no aguanté le dije que quería besar y que no me aguantaba las ganas, igual ya habían pasado cosas entre los dos, creo que eran más que todo pendejadas mías, quizás era la luna, no se.
Después de besarnos un rato, un beso muy rico por cierto, de esos sensuales y tiernos pero que a la vez te lo ponen bien duro, ya que cuando estas besando las manos adhieren más duro, se abren completamente y aprietan como queriendo fusionarse con la piel, eso me excita mucho me parece que demuestra pasión y funciona con la pareja si se quiere excitar, por lo menos a mi me ha funcionado y funciona conmigo.
Empecé a apretar mi cuerpo contra el suyo, a frotarnos mutuamente y su mano bajó hasta mi pantalón, y me tocó por encima de la tela, eso me gusta bastante pero la mayoría de las veces me maltrata la verga el roce con el textil, pero siempre me ha importado un culo, eso lo incluyo dentro del paquete del juego erótico.
Me abrí el pantalón y la saqué, sentí me quemaba de lo caliente que estaba, sentía el ardor en mi ingle cuando mi pene se pegaba a la piel, y estaba lubricando full, fue uno de esos besos que fácilmente te hacen eyacular.
Tomó con sus manos mi verga y apretando un poco (como a mi me gusta) comenzó a bajar y a subir a lo largo de ella moviendo al mismo tiempo de forma circular su muñeca, sentí tirones de placer que me recorrían desde los testículos hacia abajo provocándome pequeñas contracciones, de esas que sentimos cuando eyaculamos, pero aún mi semen estaba bien lejos.
Paramos de besarnos y bajó hacia mi verga y después de pasar la lengua por la boca de mi pene y luego por debajo de la cabeza, se la tragó toda, entera, que excitante el húmedo de su boca y lo caliente de mi miembro, lo succionaba como si quisiera tragárselo y por momentos lo hizo, se lo mandaba bien atrás y sentí como entraba más allá, como abría completamente la boca, como si fuera a desgarra sus comisuras y se mandaba la verga una vez y otra hacia el fondo de su garganta, hasta sentir que su nariz se pegaba a mi abdomen bajo.
Yo me puse de pie y se arrodilló para continuar mamándomelo, sólo mamándomelo, sentí que penetraba una y otra vez su garganta… me agarró fuertemente mis nalgas y me empujaba hacia su boca…. Yo me movía suavecito hacia adelante con movimientos cortos, sintiendo como mi pene pasaba una y otra vez por su lengua y como sus cachetes se encogían mientras me succionaban al tiempo la verga hasta que fue inevitable, el tirón debajo de los testículos y el corrientazo caliente que te empieza subir a lo largo de tu pene y yo contrayendo tratando de evitar que saliera, por lo menos no en su boca.
- Espera me voy a venir. Y saqué mi pene.
- No importa, eso quiero.
Y me agarró nuevamente por las nalgas y hizo que nuevamente penetrara su boca y succionó como nunca antes lo había hecho y su lengua se apretaba contra mi pene y mi semen comenzó a salir a chorros, pero a chorros, dentro de su garganta, y su boca y su lengua seguían chupándome hasta que dejé de jadear y mi pene comenzó a dormirse.
Luego fue mi turno de generar más placer, pero esa mamada que me pegaron ese día está en el número uno del podium de la mejor de todas.