ACCIÓN 002
Tengo una fuerte mortificación en mi casa, y es mi hermano el cual aún está en el colegio… mi mortificación son algunos de sus compañeros de clases, en realidad son 3 de ellos, quienes vienen seguido al apartamento para hacer algunos trabajos y ya están casi formaditos.
Padre santo es una tortura tener que verlos llegar, con sus cuerpecitos bien formaditos y aún frescos, esperando que el mundo los descubra, ver esos traseritos levantaditos y como el interior se les marca y se le puede ver desde el Jean o la playera que traigan puestas. Realmente dan ganas de tirárseles encima y empezar a morderle las nalgas y a chuparlas hasta que ellos cedan a cada uno de mis deseos.
Pero no…. Esa no es mi realidad y eso no puedo hacerlo, pero que demonios, hay un lugar en donde puedo apoderarme de sus cuerpos, de sus labios y es en mi mente y cada noche caen dentro de ella, y ahí si les toca hacer lo que a mi se me da la gana.
¿Pero saben que?, no puedo mentirme, daría o que fuero por probarlos a los tres, de verdad que están bien buenos y se están convirtiendo en mis eróticos tormentos, verlo con cuerpos de hombre y aún poseen sus caras de niño, su tersa piel con la cual quiero gozar.
Padre santo es una tortura tener que verlos llegar, con sus cuerpecitos bien formaditos y aún frescos, esperando que el mundo los descubra, ver esos traseritos levantaditos y como el interior se les marca y se le puede ver desde el Jean o la playera que traigan puestas. Realmente dan ganas de tirárseles encima y empezar a morderle las nalgas y a chuparlas hasta que ellos cedan a cada uno de mis deseos.
Pero no…. Esa no es mi realidad y eso no puedo hacerlo, pero que demonios, hay un lugar en donde puedo apoderarme de sus cuerpos, de sus labios y es en mi mente y cada noche caen dentro de ella, y ahí si les toca hacer lo que a mi se me da la gana.
¿Pero saben que?, no puedo mentirme, daría o que fuero por probarlos a los tres, de verdad que están bien buenos y se están convirtiendo en mis eróticos tormentos, verlo con cuerpos de hombre y aún poseen sus caras de niño, su tersa piel con la cual quiero gozar.